
La oferta para celebrar calçotadas en Barcelona y sus alrededores es múltiple y variada y, como en tantos temas traidicionales, cada familia tiene sus restaurantes "de toda la vida".
Nosotros también tenemos nuestros restaurantes preferidos pero siguiendo las recomendaciones de un amigo un buen y soleado fin de semana de marzo nos fuímos de calçotada a la Masia Solior.
Situada a unos 20 minutos de Barcelona, a los pies del Castell d’Eramprunyà y junto a la ermita románica de la Mare de Déu de Bruguers, se encuentra esta masia del siglo XVII convertida en restaurante para todo tipo de celebraciones, desde calçotadas a bodas y comuniones.
El acceso, en coche, es relativamente sencillo siguiendo las instrucciones que aparecen en la web del restaurante, no hay pérdida. Una vez allí tampoco habrá ningún problema para estacionar el coche ya el restaurante dispone de un amplio parking.
Aunque en las fotografías de la web no se vea la Masia Solior se encuentra en una zona urbanizada y parcialmente rodeada de casas que quitan un poco de encanto a la llegada. A pesar de ello las visitas desde la posición en la que se encuentra son bonitas, con una mezcla de vegetación y, a lo lejos, el mar, que permiten perdonarle lo anterior.
En el interior lo primero que sorprende es la decoración totalmente orientada a bodas. Por aquí y por allá aparecen fotografías de novios, muñeros de esposos, listas de mesas, etc. El comedor no podía ser de otra manera, así que las sillas están cubiertas con telas como si fuera una celebración de boda. Poco apropiado para una calçotada, la verdad.
Otro punto a destacar fue lo poco llena que estaba la sala, el día de nuestra visita, y a pesar de ser un domingo fantástico que invitaba a salir y disfrutar del sol primaveral, a duras penas la mitad de las mesas (unas 6 ó 7) estaban ocupadas. En realidad no me pareció mal, no me gustan las salas ni muy llenas ni muy vacías, pero hacía tiempo que no me encontraba nada igual. ¿Será una consecuencia más de la crisis?
Una vez sentados en la mesa que teníamos reservada (con o sin crisis, más vale asegurar) el camarero nos intentó tomar nota con una PDA que, en esa zona, no tenía cobertura. Curioso, teniendo en cuenta que era la única sala abierta y por la que, entiendo, empiezan a llenar.
El menú de calçotada consistía en un primer plato de calçots, un segundo de variado de carne y crema catalana de postre. Todo ello regado con vino. Como aperitivo nos sirvieron una aceitunitas y trocitos de fuet además de unas rebanadas de pan de payés tostado con tomates para mojar.
El vino del menú era una botella de Faustino Rivero que, además de venir ya abierta, no pudimos elegir. Quizás sería buena idea ofrecer al cliente la posibilidad de elegir, asumiendo la diferencia de precio, cualquiera de los vinos de la carta. La botella que nos trajeron no era la que inicialmente teníamos pensada de la carta de vinos que nos presentaron pero al ser un menú cerrado nos la tuvimos que quedar.
En lo que hace referencia a los calçots cabe decir que estaban a la altura de lo esperado tanto en calidad como en cantidad. De tamaño correcto, bien cocinados y en un número que ni escaseaba ni daba para explotar. Un punto a mejorar sería ofrecer cuencos de romesco individuales en vez de uno comunal (en este caso para dos, si hubiéramos sido más imagino que nos hubieran traído alguno más).
El segundo plato era un variado de carnes a la parrilla bien surtido y de calidad: conejo, pollo, chistorra, butifarra, cordero y algún otro tipo que seguramente olvido. Todo acompañado de un pimiento que daba color al plato. En este punto pedimos otra ración de pan con tomate que, para nuestra alegría, cabe decir que no nos cobraron.
Por último el postre no podía ser más original: crema catalana con un barquillo de galleta para acompañar.
El menú se me antoja un poco exagerado ya que yo, que soy de comer, a duras penas me lo pude acabar. Quizás con algún calçot menos, rebanadas de pan más pequeñas y algún trozo menos de carne se podría ofrecer un menú más ajustado en precio y que no dejara al cliente la sensación de estar a punto de explotar.
Por lo que al servicio respecta, el trato, aunque parco en palabras, fue correcto. A mejorar el hecho de tener el siguiente plato ya listo en la mesa de al lado, cuando todavía no has terminado el anterior. Esta presión crea cierto stress que habría que evitar. Con todo, parece que nosotros tuvimos mucha suerte en lo que hace referencia al servicio, en la web se pueden encontrar gran cantidad de comentarios muy críticos con el servicio prestado en bodas y comuniones.
Precio (sin cafés): alrededor de 31 Euros por persona
Puntuaciones (entre 0 y 5):
Enclave: 3
Sala: 2
Comida: 3
Servicio: 3
Precio: 4
Valoración final (entre 0 y 5): 3
Dirección:
Carretera de Gavà a Begues, km 4,6
08850 Gavà
Barcelona
Teléfono: 93 662 21 96
Web:
http://www.masiasolior.com
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